Los malos olores en el compost son un signo de que algo no está funcionando correctamente. Normalmente, el mal olor aparece cuando sucede la descomposición anaeróbica (sin oxígeno), lo que genera gases desagradables como el sulfuro de hidrógeno. Para evitar los malos olores en el compost, te recomendamos:

1. Mantené un buen equilibrio entre materiales ricos en carbono y nitrógeno:

  • Materiales ricos en carbono: hojas secas, paja, cartón, madera triturada, etc.
  • Materiales ricos en nitrógeno: restos de comida, césped recién cortado, etc.

La relación ideal es aproximadamente 3 partes de material carbonoso por 1 parte de material nitrogenado. Si tenés demasiados materiales ricos en nitrógeno (como restos de comida) y no suficiente carbono, tu compost se puede volver demasiado húmedo y generar malos olores.

2. Asegurá una buena aireación:

La falta de oxígeno provoca la descomposición anaeróbica, que es la principal causa de malos olores. Para evitar esto lo ideal es revolver el compost regularmente (1 vez por semana) para mantener el aire.

3. Controlá la humedad:

El compost debe mantenerse húmedo, pero no en exceso. La humedad excesiva puede generar condiciones anaeróbicas, lo que lleva a malos olores. Asegúrate de que el compost tenga la textura de una esponja húmeda, es decir, húmedo al tacto pero no empapado. Si el compost está demasiado mojado, suma materiales secos (como hojas secas o cartón) para equilibrar la humedad. 

4. Evita añadir alimentos problemáticos:

Algunos restos de comida, especialmente aquellos con mucha grasa, aceites, carne o lácteos, pueden causar malos olores y atraer animales no deseados. (roedores) Es mejor evitar estos materiales en el compost.

6. Añade una capa de tierra:

Añadir una capa de tierra o compost maduro al montón puede ayudar a equilibrar los microorganismos y reducir la posibilidad de malos olores. Esto también ayuda a que la descomposición se realice de manera más eficiente.

7. Mantén el compost en un lugar adecuado:

Asegurarse de que la compostera esté en un lugar con buena circulación de aire y que no quede demasiado expuesto al sol (esto podría secarlo demasiado y elevar la temperatura) o en lugares muy fríos (lo que ralentiza el proceso). Un área parcialmente sombreada y aireada es ideal.

8. Usa materiales absorbentes:

Si observas que el compost se vuelve demasiado húmedo y huele mal, puedes añadir materiales que absorban la humedad y ayuden a eliminar los malos olores. Algunas opciones son: cojas secas, cartón de embalajes (sin plástico), maples de huevo, tubitos de papel higiénico, rollo de cocina, etc.